La genética
de un perro no influye en su carácter, lo que influye es su educación.
Muchas
veces personas, y/o criaderos sin escrúpulo, dedican su tiempo a criar mascotas
de manera inadecuada, sin darse cuenta que pueden estar causando problemas
físicos y psíquicos en los animales. Muchos de nosotros catalogamos de
peligrosos a algunos perros simplemente por su apariencia, ya que esta inspira
temor, pero dejamos de lado el hecho de saber que son simplemente perros,
muchos en manos de amos irresponsables quienes han usado la apariencia agresiva
del animal para volverla algo real.
Varios de
los perros a los que catalogamos peligrosos, jamás harían daño a nadie. Pero
con los desagradables sucesos que la prensa se encarga de contar con demasiado
amarillismo, las personas empiezan a discriminar a estos animales. La mayoría de los perros que muerden a
personas, son perros que se creen líderes, perros a los cuales nos
encargamos de darles con nuestro comportamiento derechos y obligaciones.

Mucha
gente tiene en casa el típico perro mestizo con el que creen estar seguros y al
que jamás catalogarían como “potencialmente peligroso”, pero esto puede ser un
arma de doble filo. Al no educarlo correctamente, y si desde pequeño le han
dejado claro que él manda, el animal se sentirá líder y si algún
miembro de la familia hace algo que solo debe hacer él, la agresividad del
animal está garantizada, lo que puede desencadenar un suceso de violencia no
deseado si se está en convivencia con niños.

Finalmente
recuerda que para ser un buen amo de mascota hay que ser
autoritario, tener mucho sentido común y no utilizar la violencia.
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